Ángeles
Los ángeles son seres inteligentes, capaces de sentir, no son ni hombre ni mujer, es una forma de referirnos a ellos como él o ella. En realidad, no tienen una forma humana, ya que están hechos de energía, amor y luz. Son una especie diferente a la especie humana. La palabra Ángel, derivada del griego «Ángelos», significa mensajero, y es el nombre genérico de un grupo colectivo de seres de luz , ciudadanos del espacio, cuyas responsabilidades incluyen la organización armoniosa del universo habitado, entre ellos nuestra amada tierra.
Existen en una frecuencia vibratoria levemente más fina que aquella con la que nuestros sentidos físicos están afinados. Esto significa que no podemos percibirlos comúnmente con nuestros ojos y oídos, pero ellos sí pueden percibirnos a nosotros. Nuestras realidades interactúan mutuamente con la de ellos.
Pero si en algún momento los ángeles se proyectarán frente a nosotros lo harían de una manera con la que nos sintamos más cómodos, con lo que significa que a menudo tomarán formas de lo que vemos y conocemos como humanos y lo que otros humanos en un principio interpretaron y plasmaron en pinturas esculturas, catedrales, etc.
¿Como son en realidad?
Sargolais, un ángel guardián contesta: Es difícil responder. Los físicos encuentran el mismo problema para determinar cómo es un electrón. ¿Es una partícula o una onda? ¿Está en un solo sitio en un momento dado o en varios?
Lo mismo ocurre con los Ángeles. Nuestro cuerpo existe en varios sitios a un mismo tiempo o en todos ellos. ¿Cómo pues, podrían ustedes dibujar el retrato de un Ángel o tomarle una foto? No se puede. Podemos retrasarnos lo suficiente para aparecer en un solo sitio y tiempo, pero lo hacemos por vosotros.
Si vuestros sentidos sutiles estuvieran plenamente desarrollados, como lo estarán en vuestra historia futura, podrías comenzar a vernos como seres de radiantes pulsaciones lumínicas. Esta luz no es como la que procede del sol, el fuego o una bombilla eléctrica. Es una luz mucho más sutil que todo lo penetra. Nos verías así, pero también nos verías en muchos sitios diferentes al mismo tiempo. Sería como sostener muchas diapositivas de la misma persona contra una luz intensa para poderlas ver todas al mismo tiempo.
En medio de esta superposición de cuerpos veríais una intrincada trama de fibras, como filigrana, o más correctamente, como los meridianos, esas fibras de energía en flujo por el sistema de acupuntura de vuestro cuerpo. Algunas de esas fibras estarían dentro de nuestro cuerpo, pero muchas se extenderían también hacia afuera, sin tiempo ni espacio, hacia todos los rincones del universo. Son esas fibras lo que algunos han percibido como alas, así como es nuestra luz la que ha inspirado en otros la idea de que tenemos halo.
Diferentes tipos de Ángeles
Algunos podríamos parecernos a esferas multidimensionales; otros a rayos de luz, espirales de luz, conos de luz, y el tamaño vararía desde una mota hasta una galaxia. Aunque nuestro tamaño es filtrado por vuestras percepciones, guarda alguna relación con nuestra función y nuestra naturaleza. Cuanto más grandes parecemos, más colectiva es nuestra función. Así, algunos de los que llamáis Seres Superiores, se os presentarán como más grandes.
Percibiendo a los Ángeles
No hay una manera correcta de percibir a los Ángeles. Se manifiestan de mil modos diferentes a diferentes personas, con apariencias que son sumamente personales según cada individuo. Normalmente se comunican con nosotros en nuestros sueños, normalmente los vemos como figuras sabias o protectoras que nos prestan consejo o ayuda o simplemente nos hacen felices con su sola presencia; pero a veces los vemos como ángeles en la imagen de seres perfectos, espléndidos y de una belleza absolutamente pura.
Durante las horas de vigilia también podemos percibirlos bajo determinadas circunstancias. Algunas personas sienten su presencia físicamente, como un escalofrío o un cosquilleo en la nuca, como piel de gallina en los brazos o como una sensación de calor más o menos intensa, algunos pueden ver fugazmente alguna luz, una figura alada, o simplemente algún desconocido que les resulta extrañamente familiar, otros pueden escuchar sonidos sutiles como campanitas o percibir un perfume o aroma agradable sin ningún motivo aparente.
Las apariciones inesperadas de ciertos animales o las sin cronicidades que nos llevan a leer mensajes que forman parte de otros contextos como anuncios o titulares de periódicos, son también subterfugios que utilizan nuestros ángeles para entrar en contacto con nosotros.
Comunicándonos con los Ángeles
Ellos siempre están dispuestos, ahora mismo, puedes comenzar a hablar con ellos, si lo deseas. Puedes sentarte a meditar en silencio, invocarlos, hablar con ellos, hacerles preguntas y apuntar en un cuaderno las respuestas que te den. Relájate y confía en lo primero que te venga a la mente. Este es un acto de fe y confianza. Si necesitas desarrollar tu fe y tu confianza primero, puedes comenzar a comunicarte con ellos a través de oráculos y algún taller que te guíen a tener tu primer contacto con ellos, por ejemplo: con tu Ángel de la guarda.
Sólo hay una condición básica: es imprescindible creer en su existencia y en su ayuda, de lo contrario no pueden manifestarse. Los Ángeles no pueden penetrar directamente en nuestra voluntad, ni modificar nuestro razonamiento ya que tenemos libre albedrío y ellos lo respetan profundamente.
Conforme aprendemos a confiar y a creer en ellos y desarrollamos nuestras capacidades perceptivas más sutiles, incluso podemos llegar a verlos y a escucharlos nítidamente. Todo es cuestión de desearlo, de solicitar el contacto, de estar abiertos a escuchar y seguir nuestra intuición y perseverar en nuestra intención. Ellos desean comunicarse con nosotros, tanto o más que nosotros mismos, así es que nos llevarán de la mano en cuanto manifestemos la más leve intención de entablar contacto.
Como hablar con los Ángeles
Buscar su amistad no es algo que se limite a un solo sistema de creencias, cualquier que éste sea. Vincularse con ellos es el paso siguiente en nuestra evolución como especie de seres consientes. Los ángeles no establecen contacto sólo con personas especiales o de un modo secreto. Lo hacen abiertamente trayendo buen humor y buenas nuevas. Hablar con los ángeles es la cosa más natural del mundo, ya que es como si estuviéramos hablando con nosotros mismos, pero recibiendo respuesta, cualquier puede hacerlo, y realmente hace muy bien cuando se siente su presencia en nuestro cuerpo, en nuestros pensamientos y en nuestra alma. Hace bien a todos aquellos con los que entras en contacto.
Cuando preguntas a tus Ángeles puedes estar seguro de que obtendrás respuesta, pero no se puede exigir, ni enjuiciar, se debe permanecer abierto, sin opinión y sin crítica, mientras la información se va manifestando. Cuando se pregunta, simplemente, se acepta lo que se presente, y se confía que, en el momento debido, lo entenderemos todo.
Nos guían mediante señales
Los Ángeles además de darnos su amor, su inspiración, su apoyo y su compañía, nos pueden guiar mediante señales, que nos hacen seguir el encadenamiento «casual» de hechos significativos que vienen en nuestra ayuda para que podamos lograr nuestros más elevados propósitos. Los ángeles también nos dan señales, pistas e incluso consejo directo a través de canalizaciones o telepatía para conducirnos hacia lo que es mejor para nosotros en las distintas encrucijadas vitales, allanando así nuestro camino de regreso a la divinidad.
Entablar contacto con ellos es un preciado regalo y un potente catalizador en nuestro proceso evolutivo. Son los mejores psicólogos, pues nos ayudan a descubrir nuestras respectivas trabas y bloqueos; los mejores médicos porque nos desvelan el verdadero origen de nuestras enfermedades y los mejores asesores, pues nos ayudan a modificar nuestro presente para elegir los más luminosos futuros.
Saludos de Magiamaná.